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Libertad y límites en la filosofía Montessori

Uno de los temas que más preocupan a padres y maestros es el de cómo encontrar el equilibrio entre libertad y límites a la hora de educar.

Cuando no se conoce a fondo la Pedagogía Montessori se pueden tener ideas equivocadas sobre lo que implica esta filosofía de vida, hay muchos mitos, e incluso en algunas ocasiones son creencias diametralmente opuestas:

  • “En las escuelas Montessori los niños hacen lo que quieren y no hay disciplina”
  • “Las Escuelas Montessori son muy estrictas y hay que hacerlo todo según unas normas”

Ambas visiones son erróneas. María Montessori tenía su enfoque muy claro y citaba unas hermosas palabras al respecto:

“Libertad y límites son dos caras de una misma moneda, no puedes tener una sin la otra”.

El método Montessori se caracteriza por tener un absoluto respecto hacia la infancia e insiste en fomentar la libertad del niño. Es fácil observar que el niño construye su propio aprendizaje, pudiendo elegir la actividad a realizar en función del plano de desarrollo en el que se encuentre, siguiendo sus intereses y atendiendo a sus periodos sensibles.

Un ejemplo muy claro es el “Ciclo de trabajo en tres periodos” que se le explica al niño de la siguiente forma:

  • “Puedes elegir cualquier material que ya se te haya presentado y que esté disponible, (si lo está utilizando otro compañero debes esperar)”.
  • “Puedes trabajar con el material elegido todo el tiempo que quieras (durante el periodo de trabajo) siempre que le des un uso adecuado y respetuoso”.
  • “Cuando termines, debes devolver el material a su lugar tal y como lo encontraste para que quede disponible para volver a ser utilizado”.

Puede comprobarse que hay pocas normas, pero muy claras. Además, los límites están integrados dentro de la libertad y se intentan expresar siempre en positivo.

Los límites son algo natural en la vida, y además proporcionan seguridad. Hemos de dejar claro a nuestros niños que existe un espacio físico y emocional en el que se pueden actuar con libertad, pero del cual no pueden pasar. En este punto además es muy importante que tanto en casa como en la escuela haya un mismo enfoque y que se comparta en la Comunidad Educativa.

La falta de límites puede generar mucha desconfianza y problemas de inseguridad. Un niño necesita saber dónde termina su libertad, que suele ser donde empieza la de los demás, incluyendo a sus padres, o dónde empieza el riesgo para su integridad física o psíquica, ya que al ser un niño esa integridad depende todavía de los adultos, (padres y educadores).

“Tu libertad acaba donde empieza la de los demás”.

Normalmente existen tres límites muy claros:

  • No te haces daño a tí mismo 
  • No me haces daño a mi
  • No haces daño a los demás

Y como decíamos anteriormente es mucho mejor si los explicamos en positivo:

Como me tratas bien te tratas bien a tí mismo y también a los demás“.

Los niños necesitan saber lo que sí está permitido y lo que no, lo que se puede tolerar y lo que es del todo inaceptable, necesitan saber que los actos tienen consecuencias, que nosotros estamos aquí para ayudarles a discernir lo correcto y lo incorrecto, y que pueden confiar en nuestro criterio.

Consecuencias lógicas y naturales

Los castigos pueden tener resultados a corto plazo, pero si queremos ayudar al niño a madurar y que desarrolle su criterio propio podemos apostar por herramientas más respetuosas como por ejemplo las que nos ofrece la Disciplina Positiva.

Consecuencias naturales: cualquier situación que sucede sin la intervención de un adulto. Ejemplos:

•Si no nos ponemos el abrigo tenemos frío
•Si nos olvidamos el lunch pasaremos hambre
•Si nos quedamos jugando bajo la lluvia nos mojamos
Consecuencias lógicas: se diferencian de la naturales porque requieren de la intervención de un adulto, por ejemplo dando opciones alternativas en lugar de castigar. Ejemplos:
•“Si das golpes en la mesa molestas a tus compañeros, ¿quieres parar de hacerlo ahora o dejas el lápiz y terminas tu trabajo después?”
•“La comida no es para jugar, te la tomas ahora o para merendar?

Las consecuencias naturales brindan a los niños una experiencia de aprendizaje excelente cuando los adultos no intervienen como muchas veces lo hacen, por ejemplo sermoneando, (“ya te lo había dicho”), porque en este caso el niño deja de integrar la experiencia y  se centra en asimilar la culpa, la vergüenza, el dolor o en vengarse del adulto por ese comentario.

Nuestra actitud debe ser la empatizar, sin cometer el error de rescatar (ir corriendo a la escuela a llevar el lunch olvidado) o sobreproteger (“a partir de ahora yo siempre te haré el lunch”). Acompañar a los niños en su aprendizaje a través de las consecuencias lógicas les sirve para fomentar su autonomíay autoestima, percibiéndose a si mismos como individuos capaces.

Nuestra misión como padres y educadores

La Comunidad Educativa debe sentar las bases para construir un sano modelo pedagógico entregando a nuestros niños las herramientas que necesitan para desenvolverse en el mundo y en todos los desafíos que les presente la vida.

La educación de nuestros niños es la mejor manera de contribuir positivamente a nuestro entorno. Nuestro reto es acompañarles en su proceso de desarrollo para que se conviertan en adultos que sean verdaderos aportes para nuestra sociedad, y que junto con ellos podamos construir un mundo mejor.

Les compartimos esta cita y este vídeo para reflexionar.

“El principio de la educación es predicar con el ejemplo.” Turgot (1727-1781)

Pronto profundizaremos más este tema dentro de nuestro ciclo de pláticas para padres.

Si desean más información no duden en ponerse en contacto con la escuela.

Colegio Montessori del Bosque

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