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La fábula de la línea negra

Hace poco hablábamos en el blog de la Educación Cósmica en la pedagogía Montessori, explicando que hay cinco grandes lecciones a las que se suman cuatro fábulas intermedias.

Las grandes lecciones invitan al niño a descubrir el origel del mundo, la aparación de la vida, del ser humano, el lenguaje y los números de una forma maravillosa, y hoy vamos a hablar de la fábula de la línea negra, que es toda una lección de humildad.

María Montessori vivió como presa política en una casa de la India durante la segunda guerra mundial, época en la que desarrolló la educación cósmica junto a su hijo Mario. Cuenta la historia que estando allí una vez escuchó a una niña de origen chino y a otra de origen indio discutir sobre cuál de las dos civilizaciones era más antigua.

La doctora Montessori comprendió entonces que la educación es nuestra mejor “arma” para la paz, y en ese momento ideó esta hermosa fábula, para lo cual cosió una tela de color negro de multitud de metros (en las escuelas hoy usan una de 33, mucho más pequeña), la subió sobre una bicicleta y fue desenrollándola mientras contaba la historia caminando hasta que, en el final, apareció una pequeña franja roja de un centímetro de ancho, que representa la insignificancia del ser humano frente a todo el Universo, poniendo énfasis a que en realidad nuestros problemas no son tan importantes como nos creemos, y que en realidad formamos parte de un todo mucho más grande que se rige por las maravillosas leyes de la naturaleza.

 

A continuación les invitamos a disfrutar de la lectura de una traducción de esta fábula, tras la cual podrán ver finalmente un vídeo, que aunque no tiene una calidad excelente, refleja cómo se cuenta en las escuelas, y lo impactante que es para los niños. ¡Esperamos que la disfruten!

 

 

La línea negra (The long black strip)

Hace miles de millones de años nació el Sol, una de los millones de estrellas que forman nuestra galaxia, la Vía Láctea. Nuestra galaxia es parte de trillones de galaxias que giran en el espacio y que forman parte del Universo.

El Sol no es la estrella más grande ni la más pequeña, pero para nosotros es la más importante. Sin su luz y su calor no podría haber vida en nuestro planeta Tierra.

¿Recordáis cómo hace miles de millones de años nuestra Tierra aún era una gran bola de fuego rodeada de nubes de polvo y gases que giraban continuamente?

¿Y os acordáis cómo estaba tan caliente que no podía existir ni un ser vivo sobre ella, ni plantas, ni animales, ni personas?

Gruesas capas de nubes de vapor, polvo y gases escondían al Sol.

Pasaron miles de millones de años y gradualmente la Tierra comenzó a enfriarse, se inició la formación de una corteza de rocas que poco a poco empezó a encogerse y arrugarse como una manzana vieja. Se formaron así los valles, las montañas y el fondo del océano. Esas primeras rocas, debido al calor y a la presión de unas contra otras, se empezaron a transformar. Las nubes se dividieron y la lluvia cayó a torrentes sobre la Tierra ya fría, llenando las cavidades de los océanos y llevando por los ríos pequeños pedacitos de rocas calcáreas hasta depositarlas en el fondo del mar.

Si se hubieran mantenido así muchos años (unos 600 millones de años), el agua y la tierra sin vida se hubieran vuelto a unir en un lodazal.

Aparecieron entonces al rescate unos seres que se dedicaban a tomar el agua llena de sales venenosas, limpiando así los océanos. De esta manera permitieron la aparición de otros tipos de animales que, a su vez, ayudaron a seguir purificando el agua: los trilobites y los nautilus.

Estos nuevos seres eran tan pequeños que aparentemente podrían parecer poco importantes. Aunque los protozoarios se encontraban formados por una célula, tenían la posibilidad de tomar miles de litros de agua. Esto les permitía reproducirse de tal manera que llegaron a formar un gran ejército de trabajadores. Este trabajo lo siguen haciendo desde entonces sin cambio ni rebelión. Al morir, sus cuerpos quedaron como partículas sólidas de calcio depositadas donde ellos habían vivido, entre la tierra y el agua, ayudando así a la formación de los continentes.

Se seguía necesitando ayuda, aparecieron entonces los corales. Como si hubieran puesto condiciones para trabajar, se quedaron a vivir alejados de las corrientes turbulentas de agua en las bocas de los ríos y se dedicaron a la importante tarea de mantener el equilibrio necesario en el agua de los océanos sin moverse de su lugar.

Mientras, en la tierra no existía la vida, sólo pequeñísimos líquenes aferrados a las piedras para subsistir.

Poco a poco el escenario comenzó a cambiar, los continentes empezaron a emerger, los océanos a disminuir, ya bastante preparados para permitir la aparición de otras especies de animales que tendrían cada una un trabajo especial que realizar.

Algunas plantas quedaron sobre la tierra más alta y seca, pero como el aire estaba muy contaminado estas primeras plantas fueron dotadas de una sustancia verde llamada clorofila que les permitía respirar el dióxido de carbono del aire y transformarlo en el oxígeno necesario para que los pequeños anfibios pudieran, al llegar a adultos, salir del agua y vivir respirando el aire más puro de nuestro planeta.

Ahora la Tierra era verde y cubierta de helechos, hepáticas, y algunos árboles.

Han pasado millones de años.

Los mares, lagos y ríos se encontraban poblados de peces de muchos tamaños, algunos desarrollaron pulmones y se arrastraron a los charcos que había en la tierra. El clima era húmedo y cálido, como en los pantanos. A medida que las plantas morían habiendo terminado su trabajo de purificar el aire, se iban amontonando unas con otras apretándose, formando así el carbón, el mismo que ahora nos sirve para calentarnos y cocinar.
Los anfibios necesitaron comer, así es que los insectos aparecieron en grandes cantidades.

Empezó a hacer cada vez más frío y la tierra comenzó a secarse. Se formaron los glaciares y los pantanos se convirtieron en desiertos. Era un momento de crisis en nuestro planeta.

Para sobrevivir era necesario adaptarse o cambiar. Los árboles de los pantanos se fueron cambiando por coníferas que tienen semillas más duras.

Los grandes reptiles hicieron su aparición y sus huevos, un poco más duros que los huevos de los peces y de los anfibios, podían ser depositados en tierra seca. El clima se hizo más benigno.

Los ríos encerraron las montañas. Los dinosaurios, de la familia de los reptiles, en lugar de arrastrarse sobre el vientre, se levantaron y caminaron a cuatro o dos patas, algunos regresaron a la vida en el agua.

Han pasado millones de años.

Nuevamente el clima se ha hecho húmedo y tibio.
Algunos de los dinosaurios herbívoros habían crecido muchísimo, desarrollando pieles muy resistentes, como armaduras, que los protegían de sus familiares carnívoros. Otros dinosaurios desarrollaron alas y aprendieron a volar. Aparecen en escena las primeras aves, animales de sangre caliente que cuidan más a sus crías.

Las montañas vuelven a hacer su aparición. Se inicia nuevamente una época de mucho frío y aparecen por primera vez las plantas con flores.

Cada vez hace más frío. Las aguas menos profundas retroceden dejando a su paso desiertos.
Uno a uno comienzan a desaparecer para siempre los grandes reptiles, cuyo trabajo ya no es necesario.

Han pasado aproximadamente 2.000 millones de años.

El escenario cambia nuevamente, las tierras más altas, ahora son bajas, el clima frío se vuelve caliente y húmedo. Densos bosques tropicales cubrían la mayor parte de las tierras bajas. Los pocos supervivientes de los reptiles ahora tienen poco trabajo. Los papeles principales son de las aves y los mamíferos.

Estos últimos, seres más evolucionados, traen a sus crías vivas al mundo y las cuidan con gran amor hasta que son capaces de hacerlo por sí mismas.

El planeta se ha preparado para recibir a seres con necesidades más delicadas. Su tierra es rica en sustancias orgánicas para su alimento; pastos, y espigas forman la alfombra para su pastoreo. Nuevos árboles y plantas se han desarrollado propagándose por semillas en vez de esporas y bellas flores aparecen adorando el nuevo hogar vital.

La ayuda de tribus voladoras para la fertilización se asegura adoptando atractivos colores y aromas que son llevados hasta muy lejos por el trabajo del viento. Variedades sin fin para los diferentes gustos tenían que ser consideradas, cada flor tuvo su amigo especial entre los insectos.

La planta preparó el néctar y el insecto se embelleció para la fiesta. La abeja agregó pelo como de terciopelo a su abrigo y la mariposa brilló con alegres colores y tonalidades en sus alas. La colaboración era perfecta entre plantas y animales. Las abejas acarreaban el polen en sus cuerpos peludos para fertilizar las semillas de las flores que visitaban recolectando su pago de cera y miel. Así las necesidades de ambas fueron satisfechas sirviendo a la vez a los más profundos propósitos de la naturaleza.

El clima templado prevalecía en todas partes. La Tierra debió haber estado verdaderamente hermosa, se estremecía de expectación. Nuevos volcanes empezaron a hacer erupción, trayendo a la superficie regalos metálicos en abundancia para su futuro nuevo poblador.

Los elementos al enfriarse se solidificaron en forma de piedras preciosas: diamantes, zafiros, esmeraldas. La resina de los árboles se transformó en ámbar dentro del cual quedaron prensados y solidificados algunos insectos.

La temperatura se hizo más variable, aparecieron valles templados mientras que la nieve y el hielo cubrieron las altas montañas. Un manto de hielo se esparció a cámara lenta pulverizando a su paso la cima de las montañas y cubriendo los continentes, dejando las tierras bien fertilizadas.

Cuatro veces cambia drásticamente la vida en el planeta, grandes masas de hielo se han formado y cuatro veces se han derretido, una fría recepción para el nuevo habitante.

La Tierra recibe a sus nuevos hijos e hijas: los humanos. Este pedacito chiquito rojo al final de la cinta, simboliza el tiempo que los seres humanos hemos estado sobre la Tierra. Todas las personas que alguna vez han vivido, están contenidas en este poquito de tiempo.

¿Os dais cuenta de qué poco tiempo ha pasado desde que el ser humano aparece sobre la faz de la Tierra hasta el día de hoy? Comparado con todo el tiempo que transcurrió y todo lo que sucedió para que el ambiente estuviera preparado para ello los seres humanos llevamos muy poco tiempo hospedados en este lugar.

(Traducción Olga Dantus)

 

Si desean más información no duden en ponerse en contacto con la escuela.

Colegio Montessori del Bosque

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